lunes, 31 de octubre de 2011

Concurso de Paradela Noviembre

Este mes tenemos otro triple empate:

Ana: "Campaña electoral"

El señor de la barba trajeado e impecable llegó el último, y saludando a todos con la cabeza  tomó asiento en la silla central para presidir la reunión, puso su carpeta en la mesa de madera noble que daba más seriedad a la sala de juntas y ajustándose el nudo de la corbata se dispuso a hablar.
Señores, dijo dirigiéndose a las doce personas allí reunidas, todos hombres y todos espectantes ante los nuevos proyectos que esperaban conocer y que era el motivo de aquella reunión urgente.

Como todos saben, no tenemos programa, no tenemos programa pero ellos lo desconocen, y como son un poco tontos los ciudadanos de este país, vamos a camelarlos como sea para que nos otorguen su voto, no nos queda otra, y dando trabajo ante tanta desesperación estos aceptan lo que sea.
A los parados les vamos a ofrecer trabajo, y he pensado en trabajos como los de antes, más que nada para que no se pierda la tradición.
Algunos trabajarán como limpiabotas, dos euros por cada par de zapatos que limpien y tres euros si le sacan brillo con la lengua.

Otros trabajaran en nuestros jardines, y sus hijos como no podrán ir a clase por falta de colegios públicos que es de lo que se trata, les pondremos a quitar las malas hierbas, así estarán ocupados y aprenderán menos o nada que es también de lo que se trata. Supongo que estamos todos de acuerdo ¿no? y esos todos movieron la cabeza asintiendo.


A las mujeres las emplearemos como criadas, además las rojas cocinan de lujo y nos harán unos asados que acompañados de un buen vino nos relameremos de gusto, por supuesto nos ahorraremos el lava-platos porque lo llevan incorporado, ya que nacieron para eso. Ellas comerán garbanzos en la cocina, aunque algún día habrá que probarlos porque estas hijas de puta los guisan para chuparse lo dedos.




A los maricones les llevaremos al Ejército, allí les seguirán dando por culo de paso que trabajan por la Patria, que es Una Grande y Libre.

A las lesbianas les cortaremos el pelo al cero para distinguirlas mejor, a ellas les gustan muy corto y les haremos un favor, éstas podrán trabajar en una peluquería para tal menester y que tendrá por nombre "sin pelos", podrán pelar a las de su calaña y así las de esta especie no tendrán mucho tiempo para cabalgatas orgullosas.

A los mayores les vamos a quitar tanto rollo con el Imserso, porque al Gobierno le cuesta una pasta, y con esa pasta que nos ahorraremos podremos llevar a nuestros hijos a Eurodisney para que lo pasen chupi.

Los abueletes se conforman con cualquier cosa, por tanto se organizarán excursiones a las sierra y van que chutan, Benidorm ya lo tienen muy visto y supone mucho ajetreo para ellos.Tenemos que cuidar a la tercera edad, les haremos saber en la campaña electoral que ese es el motivo de este recorte solidario.

En la nueva campaña que se avecina, no regalaremos flores, regalaremos "chorizos" que tenemos en abundancia y el pan que lo pongan ellos, aunque no sé si tendrán  pan para tantos, lo de los chorizos es para que vean que no tenemos nada que ocultar, o para que se lo crean. En la próxima reunión seguiremos recortando todo lo recortable y lo que no también.
Por último señores, voy a poner un película en blanco y negro muy instructiva en la que se dan las pautas para gobernar un país como Dios manda, esta gran película más antigua que el cagar se titula: EL NODO. Silencio por favor.
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Anusky: "Vuelta al hogar"

Hacia casi un año de la muerte de su padre y desde entonces Sandra no se había sentido con ánimo suficiente, para quedarse a dormir en la casa familiar,pero esta vez, decidió que ya era hora de plantar cara a sus miedos estúpidos y se fue a pasar el puente de Todos los Santos .
Cuando llegó a la casa ,reapareció la extraña sensación de visitas anteriores, estaba incómoda , ya no sentía que aquella fuese la acogedora casa de su infancia , el hogar al que tanto le gustaba regresar, cuando se independizó ,para vivir en la ciudad.
Encendió la cocina de leña, para que se fuese calentando la caldera de agua, que hacía funcionar la calefacción y mientras tanto purgó los radiadores .En una hora ,ya se empezaba a notar un ambiente mucho más cálido en toda la casa y subió a preparar la habitación, para pasar la noche.
Sobre la cómoda había una foto ,era ella ,trabajando junto a su padre en las viñas ,sonrió , recordando lo mucho que le gustaba a él , que vinieran sus hijos a hacer vendimia , en especial Sandra , su niña y en lo mucho que ella protestaba cada año cuando se acercaba la fecha de hacerlo.


-que sueño y que ganas de dormir en mi cama de siempre .
-seguro que mañana , de día, con la calefacción y un poco de limpieza , la casa me resulta más acogedora

Se metió en la cama , pero esa sensación de incomodidad , como de ser observada no había desaparecido totalmente



Sandra se despertó sobresaltada, le había parecido oír un ruido en la cocina , escuchó de nuevo
y sólo percibió el silencio de la noche

-¡que raro!,lo habré soñado?

Se acurrucó bajo las mantas y volvió sentir la misma sensación,acompañada de un fuerte aroma a café recién hecho , así que se levantó y fue decidida hacia la vieja cocina familiar.

-Aquí no hay nadie ,
ni nada ,
que frío !!!

Volvió rauda , a refugiarse bajo las mantas , pero cuando se metió en la cama ,de pronto ,le vino una idea a la cabeza y miró el despertador que había sobre la mesilla de noche , eran las cinco de la mañana , la hora a la que se levantaba cuando venía a pasar el puente de Todos los Santos, a casa de sus padres, era la hora ,en la que su padre la llamaba para ir a vendimiar.

murmuró con voz de sueño -Papa, déjame dormir , que ya no hay uvas que recoger


-menos mal que no me puede oír nadie, ahora le hablo a los fantasmas.

Hasta la repentina muerte de su padre , Todos los Santos eran símil de levantarse antes de cualquier indicio de luz solar , de pasar frío hasta que el sol lograba calentar el ambiente otoñal ,de manos doloridas , comida frugal en los breves descansos y sobre todo de mucho trabajo , que duro es doblar el espinazo miles de veces, hasta vaciar las cepas de sus frutos y también el estirarse para volcar los cestos en el remolque.
No iba a extrañar el ir a vendimiar ,aunque si iba a extrañar el tiempo pasado con su padre.

-Espero que no te enfades ,sabías lo mucho que odiaba estas fechas y que sólo lo hacía por contentarte .


-Ahora hemos plantado arboles frutales y Seve, el hijo de la tía Luisa , se encarga de su cuidado , le dan mucho menos trabajo y más rendimiento , seguro, que hubieras hecho lo mismo con el tiempo.


- siempre me decías que el campo hay que administrarlo con cabeza y trabajarlo con corazón .

Sintió un soplo de aire cálido , a modo de caricia y sonrió,mientras se dormía .

Cuando la luz del sol la despertó , no sabía si todo había sido un sueño ,pero estaba feliz y dedicó lo que quedaba de mañana a poner la casa en orden y a hacer un sabroso asado,en el horno de leña ,que disfrutaría en el calor de su hogar, mientras fuera llovía y soplaba el viento helado desde la montaña.

Sentada a la mesa, sirvió una copa de vino y sonrió picara mente

-Va por ti papa , estés donde estés,....

Entonces, sintió que aquel volvía a ser su hogar
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Encarni: "Luna llena"


Miro ese punto luminoso en mitad del espacio. Ese punto solitario que flota entre resortes y fija la pupila; detenida para perderse en la distancia. Ese punto lejano que trata de poner acento a esta soledad como un espejo de agua, sin estrellitas chispeantes que bailen alrededor.

Extiendo la mano al mirarla, y la luna se muestra como canica brillante sobre mi palma, y ésta, rueda hacia el interior de mis pensamientos, buscando la cara oculta de mis contornos.

La sostiene el velo de la noche, mientras me recojo en un halo sobre mi cama. Si ayer me daba miedo su blancura redonda en el firmamento, hoy me nutre su imagen poderosa; porque me alimento de sus hilos, de su fuerza rotatoria, de su esbelta figura, de su rostro cambiante a través del tiempo.

La observo desde mi pequeñez humana y bien podría ser ella el ombligo del universo, la retina del cosmos, una perla de nácar en este vacío presente.

La buscaré en el cielo a pesar de sus bordes menguados cada vez que la encuentro, hasta ser diáfana y limpia, para comenzar una nueva luna creciente, que llene de luz el círculo que me abotona este sencillo modo de mirarla.

sábado, 22 de octubre de 2011

Muñoz Bautista

Sancho es cada día un poquito más grande gracias a todos vosotros.
Aquí cabe la filosofía, la literatura, la política y el arte.
Y, sobre todo, cabe la solidaridad.
Mariluz ha encontrado esta casa y me la ha enseñado. Yo solamente he podido aplaudir la obra y el buen hacer de Muñoz Bautista. (maríajesúsparadela)

INAUGURACIÓN EN ALMAZÁN

El pasado sábado 1 de Octubre quedó inaugurada la exposición por el Alcalde de Almazán José Antonio De Miguel Nieto. Estuvo muy concurrido el acto, con la asistencia de más de cien personas. Todo un éxito del que estoy enormemente satisfecha. Muchas gracias a todos!!!



La presidenta Carmen Fernández Cifuentes, el alcalde José Antonio De Miguel y Maribel Muñoz
Los cuadros han salido oficialmente a la venta, así como las litografías.
Recuerdo que las litografías tienen un precio de tan sólo 20 € (sin marco). Con su adquisición ayudáis a financiar los proyectos que la ONGD Formación y Vida tiene puestos en marcha en el sur de Mauritania.

Si estáis interesados en adquirir una litografía, os podéis poner en contacto conmigo, así como para la adquisición de los cuadros de la exposición "Encuentro".
Muñoz Bautista

sábado, 15 de octubre de 2011

Un cuento de sabios y locos

Rafa Almazán, del blog Kabila, nos recomienda para publicar el Sancho esta entrada de Dean.
Y, textualmente, me escribe "yo resaltaría la forma filosófica con que enfoca los temas". Nada puedo añadir a eso, solamente agradecer a ambos su presencia en "La sabiduría de SanchoII".

Érase una vez un reino en el que vivían hombres, mujeres y niños en un sitio llamado azul con un poco de verde. Al principio convivían con la naturaleza, de tal suerte que sus mejores amigos eran los árboles y los animales salvajes, y eran semejantes a ellos. Luego inventaron dioses que empezaron a adorar, dioses de oro y petróleo, dioses nucleares, dioses que les proporcionaban poder a unos y sumisión a otros, en una forma de sociedad llamada democracia, un sistema en el que la mayoría era gobernada por unos pocos y el mundo se dividió en gobernantes y gobernados. Los primeros se hicieron dueños de todo mientras que a los segundos sólo se les permitía acceder a lo mínimo para que subsistieran y se mantuvieran al servicio de los gobernantes. Algunos de esos gobernantes eran caras visibles, pero la mayoría se ocultaba en las sombras y con su poder eran más temibles que aquellos a quienes los sumisos estaban acostumbrados a ver en las cajas de acondicionamiento masivo de mentes.

El hombre común se acostumbró a vivir de esta manera; la sumisión se fue acercando al masoquismo de forma muy evidente y los gobernantes se hicieron tan poderosos que era casi imposible encontrar entre la gente dominada a alguien que no estuviera feliz o por lo menos conforme con la situación, al fin y al cabo los despojados tendrían más facilidades a la hora de acceder al mundo maravilloso que se les prometía después de esta vida; ya que también se les había hecho creer que lo verdaderamente bueno vendría más adelante, al abandonar sus cuerpos materiales y sus almas trascendieran a un paraíso etéreo de alegría infinita, mundo al que paradójicamente también podrían acceder los gobernantes si en el último segundo de su existencia se arrepentían de haber subyugado a los habitantes de aquel lugar.

Como todo tiene truco, el sistema en cuestión contaba con algo llamado voto. Los sumisos pensaban que con el voto podían decidir si un gobernante era bueno o malo y ponerlo o quitarlo respectivamente, según fuera el caso. A través de las cajas de acondicionamiento masivo de mentes les decían: No os quejeis de tal o cuál gobernante, ya que vosotros lo habéis elegido con vuestro voto de tal forma que su acción es completamente legal; esperad a que podáis volver a ejercer el derecho a votar y entonces podréis quitar a ese y elegir a otro.

Pero lo que no sabían las mentes acondicionadas era que desde la oscuridad ellos ya habían decidido quiénes serían los siguientes gobernantes. Por todos lados reinaba la paz aunque hubiera guerras que a nadie importaban; reinaba la obesidad aunque hubiera hambrunas, costosos tratamientos de belleza aunque hubiera niños muriendo por falta de una medicina barata. Todos estaban conformes y los gobernantes felices.

Cierto día un viejo sabio del reino caminaba por la montaña y descubrió en una roca, una descripción que al parecer provenía de las estrellas. Nunca se supo lo que pudo leer allí aquel anciano, pero a partir de aquel momento se dedicó a viajar por el reino diciendo a todos que él no se tragaba el cuento del voto y que no eran los gobernantes sino los sumisos quienes tenían que gobernar y repartir las riquezas que habían acaparado unos pocos. Desde entonces dejó de considerársele sabio y se le llamó loco, aunque lo mismo daba ya que en aquel reino tanto unos como otros eran escasos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

MÁS RECORTE EN DEFENSA Y MENOS EN EDUCACIÓN

A Sancho dos se llega de muchas formas, Maite –autora del blog: “Mejor lo escribo”- llegó al “Diario de un loco” donde encontró datos para un nuevo tema que está preparando, y ‘el loco’ encontró su blog no sólo digno de ser tenido en cuenta, sino necesario para esta casa que –como dice su cabecera- quiere ser “reflejo de la sabiduría del pueblo”. Gracias Maite.
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Mi padre era Maestro Nacional, maestro de los de antes, de los que se decía: “pasa más hambre que un maestro escuela”. De los que a mediado de mes aguardaban turno ante la ventanilla del habilitado con un papel en la mano: “vale por 200 pesetas a cuenta de mis haberes del día tal…” Y es que mi padre pertenecía a uno de los colectivos con el sueldo más bajo de todos los funcionarios de España. A un colectivo que no se atrevió a exigir la debida consideración porque estaba inmerso en una sociedad atemorizada y achantada a la que le tapaban la boca. A un colectivo en el que todos parecían formar parte de una misma familia y en el que todas las privaciones y luchas silenciadas les unía fuertemente.
Hoy, después de tantos años, después de haber dejado atrás una dictadura y después de haber luchado hasta conseguir un reconocimiento, los profesores se ven obligados a movilizarse para defender de nuevo su dignidad como trabajadores.

Que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid esgrima la necesidad de ahorro por la crisis económica pretendiendo hacer unos recortes sangrante de plantilla en los Institutos Públicos (no concertados ni privados) de ESO, Bachillerato, Formación Profesional y otros, en torno a un 15% (unos 3.000 profesores en total), me parece un disparate. Esto conllevará a un perjuicio enorme de cara a los alumnos ya que con estas medidas se verá incrementado el número de alumnos en las aulas, la reducción de la atención a alumnos con problemas, y la labor tutorial que quedaría completamente disminuida sin que se pudiera llevar a cabo algunas cuestiones de vital importancia para el desarrollo educativo y personal del alumno. No satisfecha con esto, la Consejería de Educación pretende, además, la eliminación de ciclos de FP, así como llevar a cabo duros recortes en todas las etapas educativas de las Escuelas Oficiales de Idiomas y las de Artes Plásticas y Diseño. Si a los profesores que actualmente van a conservar su trabajo, ya se les hizo una reducción de sueldo del 7% y además van a soportar una carga de trabajo de más del 10%, me pregunto si en esa circunstancia se puede trabajar con calidad en un ámbito en el que cada detalle cuenta. ¿No es una soberana desfachatez haber tenido trabajando como eventuales a miles de personas de forma continuada sin un contrato fijo y despedir ahora de golpe a 3.000?

No obstante la Presidenta de la Comunidad sigue dando dinero a la iniciativa privada y sigue ampliando desgravaciones fiscales para ir a los centros privados. Y lo más curioso, cómo a pesar de la falta de recursos económicos que argumenta, el pasado mes de agosto no puso reparo a la hora de beneficiar a la Conferencia Episcopal con tanta magnificencia como lo hizo, para un evento religioso.

Ya no somos una sociedad de personas achantadas, y por lo mismo no somos tan fáciles de manipular desde el púlpito o desde cualquier instancia de poder. Ahora somos conscientes de nuestro papel en el mundo y sabemos que la dignidad del ser humano es inalienable y que toda persona debe disponer de las mismas posibilidades para desarrollar sus capacidades. Y esa ha sido una de las misiones de mayor envergadura que ha mantenido siempre la Escuela Pública: la lucha por la igualdad de oportunidades. La Escuela Pública es una filosofía, un pensamiento educativo que reconoce el derecho de todos a la educación y a preservar las medidas legales para hacerlo efectivo. Es por ello que estamos completamente en contra de que nos argumenten que el recorte de gasto en sanidad y en educación es inevitable y necesario y que al mismo tiempo se siga invirtiendo sumas tan desproporcionadas en gastos militares. Cuando pienso en el costo tan tremendo de vidas humanas que han causado las guerras de Afganistán e Irak durante el periodo que va desde el 2001 hasta la fecha, más el costo económico que llegó a alcanzar cifras astronómicas, que enriqueció a las empresas armamentistas, no puedo por menos que cuestionarme la sensatez de los que manejan los hilos del mundo.

Si pretendemos conseguir en el futuro un mundo mucho más justo y pacífico, donde impere los derechos humanos por encima de todo, no debemos permitir que a esta nueva generación se le escatime los recursos necesarios para el desarrollo de una Escuela Pública de calidad ni que se favorezca, como se ha venido haciendo, un concepto elitista en la Educación. Los niños y niñas, sean del origen social que sean, tienen los mismos derechos.
                                                     Maite García Romero

viernes, 7 de octubre de 2011

Ganadores del Concurso de octubre en Paradela

El día después – Ana (blog Certificado de existencia)
(LO ACONTECIDO)
La vida consiste en un arduo equilibrio entre el recuerdo y el olvido,  los dos lo sabemos, hay que olvidar cuando alargamos las manos y no encontramos ya nada, sólo el verdín que crece en torno al abandono.
En ese vaivén me encuentro yo, en ese mar de recuerdos y olvidos, intentando olvidar lo inolvidable, después de ese disparo certero directo a la vena, al corazón, a las entrañas, después de recoger del suelo  camisas, corbatas, pantalones, después de recoger tu miedo y meterlo en los bolsillos, después de la huida hacia ti mismo hacia la seguridad de tus límites.
Fue solo cuestión de supervivencia, mis manos estaban cansadas de estar quietas, mi apatía era la realidad de mi mundo, cansada de tus enigmas y tus jeroglíficos indescifrables, necesitaba respirar con el viento de cara y prometí olvidar esta guerra cuerpo a cuerpo donde imperaban las normas y lo sistemático, tu sistema personal de tenerme cuando querías, mi espera se hizo eterna en los días sin tu presencia.
Retrocedí para encontrarme justo donde te encontré a ti, en ese punto donde me había perdido, retrocedí para recordar mi sonrisa de ayer y volver a ser yo, retrocedí en el calendario y me dolían aquellos días, por eso me fabriqué uno nuevo con días de colores como si fuese festiva cada nueva jornada.

Me senté junto a mí, que es lo mismo que poner las cartas sobre la mesa, que es lo mismo que pensar y mirar en mis adentros y con una escoba  imaginaria empecé a barrer los recuerdos que me estorbaban.
 

 
Me pinté sonrisas nuevas y dejé en un armario guardadas tantas cosas...para olvidar ese ir y venir tuyo, mi antigua  espera sin tiempo, mi larga espera sin luna, y mi alma se alío con mi mente para anestesiarme del resto de los días sin ti.
 
Prometí odiarte desde el amor más hondo que siento, que es la peor forma de odiar, desde la nostalgia que provoca tu ausencia, tu quietud, tu dejarte querer a ratos, y decidí vivir dedicándole una sonrisa a la vida, distraerme de tu aroma encallado ya en mi piel, vivir aun con este oleaje que llevo dentro, con este galimatías que soy yo, comparando la intensidad del dolor con el amor vivido, en una batalla diaria donde gana "quien no fue" y pasa como siempre "pierde quien ha sido".
(El DÍA DESPUÉS)
El despertador ha sonado hoy a las siete, como siempre, su tic-tac rutinario y cansino ha marcado mi noche diciéndome que a pesar de todo sigo viva. La mañana está gris, en mi ventana se deslizan pequeñas gotas de lluvia y los claveles se balancean suavemente en una danza interminable y monótona, los acordes de la quinta sinfonía de Beethoven suenan en el aire, es mi melodía de los amaneceres tontos cuando se me hace difícil esa sonrisa que le prometí a la vida.
No dejo de pensar en ti en todo momento, oigo tu voz y me imagino allí contigo llenando los momentos con miradas, con silencios, con sentimientos fuertes dispuestos a florecer. Es extraño sentir tanto sin ver, sin tocar, sin oír, en definitiva esto es soñar y como en un día más, todo sigue su ritmo y sin embargo nada es igual que antes, las palabras se las llevó algo más que el viento y no puedo mentir ni inventar que soy feliz en esta mañana bucólica y plomiza dentro de mi edredón azul, no me puedo permitir pensar mentiras.

La soledad se ha instalado sin pedir permiso entre estas cuatro paredes de la estancia donde sobrevivo, se recrea y evoca recuerdos, me susurra unos versos, me vapulea y me interroga, es cruel con mi propio delirio. La ducha me devuelve a la vida, siento como el agua arrastra tus besos por mi piel hasta caer al suelo, me lavo de tu olor y de la huella de tus manos dibujando deseos, la caricia perfecta, todavía hoy encontré restos del naufragio en mi desnudez.

                   
Me enfundo los vaqueros, me refugio bajo el paraguas y  me zambullo en la vida...podría mostrarte cicatrices, recordarte promesas, te quieros, deseos, incendios, podría decirte como me duele hoy la mañana, como arrastro mi alma por las aceras...pero no debo entregarme a las inutilidades, porque las palabras no tienen destinos. Salgo a la calle y llueve, sigue lloviendo sobre mojado en mi vida, me acompañas aunque no estés, me persigues después de tu huida y sé de pronto que a estas sensaciones se les llaman "recuerdos" se les llaman "añoranzas". Alguien me sonríe, los niños van a clase cargados con sus mochilas y el chubasquero, los coches salpican al cruzar los charcos, huele a cafetería y a pan recién hecho, a tierra mojada, todo sigue igual "el día después", igual que antes de ti, igual que contigo, igual que después de ti...la lluvia moja mi cara ¿o son mis lágrimas? la vida sigue.
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El secreto de la higuera - Concurso de Paradela
José Vicente (blog Ya que digo)

Raquel se acercó con una enorme sonrisa a la hermosa higuera que estaba discretamente situada en un rincón de la acogedora casa de campo, donde tantos veranos habían pasado juntas, ella y  Milagros, su amiga de toda la vida y la actual propietaria de la casa. Como tantas veces hiciera en el pasado, rebuscó entre las hojas, examinando detalladamente todos los frutos, y fue escogiendo aquellos que parecían más apetitosos; hacía mucho tiempo que no los probaba, casi tanto como el que hacía que no visitaba aquella casa. Cogió tres, luego se sentó a los pies del árbol y se dispuso a disfrutar del momento, antes tantas veces repetido y ahora evocador de tantos momentos felices.

Abrió el primero. Lo hizo con delicadeza para evitar que se rompiera; no quería matar  ese instante mágico y tal parecía que estaba abriendo una delicada flor. Lo observó durante unos segundos y contemplo, con agrado, la mezcla de colores y aromas que de él salían; seguidamente acercó los labios al interior del fruto carnoso y mordió con ansia. Enseguida sintió como cientos de semillas explotaban en su paladar, llenándolo de esa deliciosa mezcla de sabores ásperos y dulces a la vez; las percepciones de sus papilas gustativas le provocaron un extraño sentimiento de gozo que incluso le erizó la piel.
Repitió la misma operación con la segunda breva. Las sensaciones no solo no se calmaban, si no que iban en aumento. La mezcla de recuerdos y sabores, a la sombra de la higuera, eran emociones maravillosamente placenteras. Eran las mismas impresiones que solía tener muchos años atrás, cuando comer higos debajo de la higuera era algo tan cotidiano como agradable.
Se escuchó una despedida en la puerta de la casona y enseguida apareció Milagros.
- Veo que tu escondite sigue siendo el mismo – dijo con sarcasmo.
- Es el mejor sitio de la casa – respondió Raquel.
- ¿Quizás lo que nos regala Mila también te guste? – Milagros sonreía mientras apuntaba con un cigarrillo liado a mano la planta de marihuana que estaba a pocos metros.
- Vaya, ¡esto si que es una sorpresa! No sabía que cultivaras una.
- Si, no sabes lo gratificante que es consumir lo que una misma siembra – no pudo evitar una carcajada mientras encendía el aromático cigarrillo.




Dio un par de profundas caladas y enseguida se lo pasó a su amiga, que parecía esperarlo con ansia. Tras aspirar, así mismo, dos veces del porro, y mientras lo volvía a pasar a la anfitriona, Raquel no pudo evitar sincerarse. Éste estaba siendo un día lleno de experiencias ya vividas que le traían gran cantidad de recuerdos.
- ¿Sabes cuánto tiempo hace que no fumaba uno? Siete años. Fue la víspera de tu boda ¿te acuerdas? Fue aquí mismo, bajo nuestra higuera – Raquel sentía que el humo, una vez inundados sus pulmones, comenzaba a embriagar su cerebro.
- ¿Como iba a olvidarlo? Aquel día fue muy especial para mí. Recuerdo cada palabra y cada frase que nos dijimos, entre ellas, que nunca nos separaríamos y que buscaríamos la manera de vernos siempre que pudiéramos, y la realidad es que, aparte del día que nació Víctor, que me hiciste una visita relámpago, no nos hemos vuelto a ver.
- Tuve que marcharme fuera por trabajo, ya lo sabes.
- Pero también tuviste la opción de quedarte en la filial de aquí, de nuestra ciudad, y no quisiste – la voz de Milagros sonaba acusadora.
- Es verdad, pero vi el momento de salir de aquí, no me gustaba el futuro que se avecinaba. Me sentía sola y tenía la necesidad de cambiar de aire, ver otros lugares y volver a retomar las riendas de mi vida. Sencillamente surgió la oportunidad y la aproveché. Pero ¿vamos a estar todo el rato echándonos el pasado en cara? – Raquel quiso cortar viendo que la conversación se estaba poniendo peligrosamente seria.
- No, claro que no. Es sólo que te he echado mucho de menos todos estos años.
- ….
- ¿Cómo te va con Ricardo?, ¿Te hace feliz? – Raquel quiso volver a encauzar la charla.
- Si, es un hombre bueno. Me quiere y yo también le quiero; es amable y  cariñoso y siempre está pendiente de mí. Además me ha dado un hijo maravilloso que lo es todo para mí. Ahora mismo soy muy feliz, no le puedo pedir mucho más a la vida.
Ambas mujeres se quedaron calladas, durante unos minutos no supieron que decir. Parecía que el silencio se pudiera cortar. Los efectos del cigarrillo de marihuana, que circulaba de un lado a otro sin parar, ya estaba haciendo efecto en las dos. Raquel, menos acostumbrada, notaba un curioso mareo unido a una excitación que, aunque no era nada extraño para ella, si que constituía una mezcla que hacía mucho tiempo que no experimentaba. Aun así quiso retomar la conversación. No quería que se rompiera la agradable simbiosis que percibía volvía a crearse entre ellas.

- ¿Recuerdas la cantidad de horas que hemos pasado aquí mismo, debajo de estas hojas? ¡Cuanto nos habrán visto reír juntas, cuantas travesuras habrán contemplado y cuantas confidencias habrán escuchado!.
- ¡Como iba a olvidarme! Es imposible olvidar tantos momentos agradables. Siempre ha sido nuestro lugar favorito ¡Éramos tan jóvenes y a veces tan… inocentes!
- ….
- ¿Recuerdas todos nuestros juegos…?
- Todos…, nunca he olvidado nada…, nada…
- ¿Echas de menos algo…?
- Muchas veces sí que he necesitado… ¿y tú?
- Yo siempre te he echado de menos, sabes lo que siento por ti
- Lo sé, pero…

No pudo continuar. Raquel puso un dedo en sus labios ordenándole silencio. El cigarrillo hacía ya un rato que se había acabado, pero la influencia que ejercía sobre las dos mujeres era evidente. Ambas comenzaron a percibir una liberación y una desinhibición como hacía muchos años que no sentían.
Con determinación no exenta de cierto temor, Raquel abrió con suavidad uno de los frutos de la higuera que aun tenía en la mano y, extrayendo totalmente toda su carne con los dedos, se lo ofreció a Milagros. Ésta, con una sonrisa cómplice, lo aceptó con agrado y sintió como su amiga introducía, con delicadeza, toda la pulpa del fruto en su boca. Lo saboreó con gusto y con placer, relamiéndose los labios con intensidad, luego, antes de que éstos se retiraran completamente, cogió entre sus manos los dedos que le habían ofrecido el higo y así mismo, comenzó a lamer y a succionar todo el jugo que en ellos había quedado adherido, limpiándolos con deleite.
La embriaguez de sus sentidos ya era total. Durante unos segundos, que parecieron largos minutos, se miraron a los ojos con una mezcla de deseo y temor. Fue entonces cuando definitivamente evocaron fugaces tiempos pasados en un presente pleno y deseado. Una vez resuelta y expulsada la timidez inicial, acercaron sus bocas, entrechocándolas en un apasionado beso, sus lenguas juguetearon revoltosas, primero con retraimiento y más tarde con una pasión que, finalmente, ninguna de las dos fue ya capaz de controlar.
Aquello no fue sino el inicio. Ahora, muchos años después, volvían a sentir como el universo explotaba de nuevo en sus corazones.

La higuera, la hermosa y exuberante higuera, presencia silenciosa de tantos juegos de niñez y de algunos pecados de adolescencia, iba a continuar siendo, una vez más, la mejor y la más fiel guardiana de todos sus secretos.
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Amanecer otoñal (Para el concurso de María Jesús Paradela. 5ª Entrega) – Mercedes Pinto (Blog Soy mi palabra)
Porque el cielo, tímidamente, tornaba su azul celeste al cobalto, y en el verde rabioso de los campos se intuían pinceladas ocres, y los rizos del arroyo lucían como cucharas de plata. Porque esa mañana el horizonte anuncia despedida, callada, discreta, ella supo que había llegado el otoño de su vida. Nunca le pareció tan plácido y dulce un adiós. Estaba segura, no echaría de menos la rabia, la fuerza y la impertinencia del verano; ni su eterna y cegadora luz, sus ojos se habían vuelto demasiado sensibles; ni el calor de sus noches, su piel agradecía más protegerse bajo las mantas. Se le erizo el vello, acaso porque la brisa era más fresca ese amanecer. No, más limpia. Debía ser cosa de la emoción.
No derramaría lágrimas desesperadas como lo hiciera aquel último día de primavera, como si con él se fuera toda posibilidad de enamorarse, ya regaría la tierra el generoso cielo de octubre. ¡Qué ignorante!, mira que confundir el amor con el frenesí… Ni gritaría la soledad de aquel suelo sin flores, confiaba en las semillas que entraña. Florecería de nuevo, seguro, aunque para otros ojos más capaces de soportar sus insolentes colores. Por aquel entonces, todo le parecía posible envuelta en su osada juventud, todo menos lo más importante: que en la calma de la madurez sonaran tan bellos el canto de un pájaro y las notas del pausado discurrir de un río.
Un polvo dorado despertó de lleno el día, y se dispuso a cortar leña. Esta vez no celebraría sus cincuenta como aquellos veinte: con muchos amigos, casi todos futuros desconocidos; con un infinito proyecto, incierto; con la ausencia de familia, que solo sabían reprender sus locuras; y con mucha música y alcohol, de todo tipo, que no falte, para un oído y un paladar aún sin estrenar. Esta vez sentaría frente a
su hogar a pocos amigos, en su día simples conocidos; a su pasado, cierto por entero; y a su familia, su mejor guía. Y se deleitaría con un buen vino y el hilo musical del chisporrotear de la chimenea y de una buena conversación.
Luego sembró el camino de pensamientos, todos buenos, para dar la bienvenida a sus invitados. Después de todo, también había flores que esperaban hasta la llegada del otoño.

sábado, 1 de octubre de 2011

Está pasando

 Mercedes Pinto, nos ha recomendado éste magnífico artículo de Mario, autor del blog: “Tu no eres interesante para mi

Dedico este relato a OPin, un buen amigo, aunque él no lo sepa, un mejor socio, aunque no le corresponda como merece, un buen y apreciativo lector, buen escritor; domador de verbos, representante de sujetos y excelente comunicador, motivo por el que yo sigo aquí, entre otras razones y otros sabores.
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Todo lo que se leerá a continuación es real; tan real como la vida, como las emociones y sus llantos y sus risas, tan real como la crudeza y sus daños colaterales, tan triste como el llanto de un niño, tan vivo como la muerte, tan verdadero como la mentira y tan amargo como las canciones que bombean corazones abonados al abandono.
Así que cualquier parecido con la ficción es mera coincidencia.
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Los presidentes europeos se reúnen en París, Madrid, Lisboa, Berlín, Roma, Barcelona, Londres. Los presidentes mundiales se reúnen en las ciudades de antes, además de Washington, Nueva York, Tel Aviv, Sao Paolo, Buenos Aires, Moscú, Tokio y algunos etecés de mundo primerísimo. Mi pregunta es: por qué coño no se reúnen en cualquiera de las urbes de Costa de Marfil, Somalia, en alguno de los campamentos del Frente Polisario, en Sudán del norte, en el nuevo e igual de pobre Sudán del sur o en la devastada Puerto Príncipe. La respuesta, asevero, es porque se la sudan estas situaciones. No pueden ir a Somalia puesto que tendrían que repartir su opípara comida con los más pobres del lugar y de los lugares conocidos.
La hipocresía política que amamanta y ensucia la sociedad, sube más que el precio de la vida, allá donde exista vida. El mundo se muere de hambre y los políticos se mueren de risa repartiéndose el pastel libio. Se frotan las manos para exorcizar el frío de la culpa mientras se comen un país y cuentan veinte hasta asediar con sus fichas nuevos objetivos. Acojonante.
Y en esa subida de telón se ve a un puntilloso presidente francés y su séquito, a un presidente español y su resucitada Trinidad, a una canciller alemana, amarga como el culo de un pepino y sus colaboradores y a un presidente italiano escoltado por una docena y media de secuaces de la dolce vita. Digo yo que si han de reunirse los mandatarios, que lo hagan solitos, sin miedo a nada. Que no tiren de cortejo festivalero. Porque si les preguntas, puede que te contesten que donde come uno, comen dos, y donde lo hacen dos, comen tres. Esto, por ejemplo, no saben aplicarlo a Somalia. Si allí lo hicieran extensivo, más de uno tendría algo que llevarse a la boca. Pero Somalia, como otros países, ha sido excluido del atlas de la bondad humana.
Mientras tanto, los telediarios continúan emitiendo en directo desde Madrid, cuando el papa de los persignaos llega besando suelos y recogiendo llaves. Y emiten en directo desde el estadio donde se descerebra una final deportiva. Y se desplazan a la puerta del sol a radiar desde la entrada del nuevo año. Y hacen su agosto emitiendo miedo mediático desde ese pueblo asolado por la ira de algún Dios impío. Y apostan sus medios técnicos y humanos en una basílica para retransmitir en riguroso directo una irreal boda real.
Y los noticiarios se olvidan pronto de Haití, de Somalia, de los Sudanes de antes, de los polisarios y sus frentes, de los que, ebrios de pena, mueren de hambre y sed.
En fin, antes, cuando comía frente a la tele y las moscas de un cuerpo abierto en canal amenazaban con colarse en mi dieta cambiaba de programa. Ahora lo hago cuando un Rajoy enardece; cuando un Zapatero languidece ahogándose en su propia mentira; cuando una Aguirre no ofrece esperanzas a los que educan, vengándose de los que la reprendieron por no llevar hechos los deberes; cuando una ministra de defensa, otrora pacifista, estrecha manos y declara guerras de intenciones; cuando un Chávez no da un chavo por sus ciudadanos; cuando un comunista olvida que los pueblos necesitan realidades sociales y no utopías; cuando los verdes sólo defienden el color de los euros que tapizan valles; cuando los nacionalistas se dan de hostias por representar a su partido en Madrid alojándose en hoteles de plazas Españas de cinco estrellas y desayuno con diamantes de por vida; cuando un Gallardón guiña a los de centro izquierda con el ojo tuerto; cuando, en definitiva, unos anuncian recortes y otros subidas que alejen de nosotros la posibilidad de alcanzar un nivel de vida digno.
La sanidad está en fase terminal, la enseñanza declina y deviene en añoranza porque cualquier tiempo enseñado fue mejor. Los profesores se alzan en armas de colores y gritos conjugados contra aquellos que quieren aniquilar la docencia empuñando la indecencia lectiva. Los comedores sociales se colman de bocas que suplican un bocado. Los ricos amenazan con manifestarse si les suben los impuestos y los pobres y sus sueños duermen en camas separadas.
Mientras todo lo anterior acontece, los políticos estrenan campaña tendiéndonos la mano para cercenarnos los dedos cuando guarezcamos nuestros cinco lobitos entre sus promesas de bajo coste y huera intencionalidad.
Voy a cenar, ahora que el telediario ha anunciado lluvias que nunca arreciarán. Otros, los del tiempo…
A la una y media de la madrugada no puedo dormir. No quedan ovejas suficientes en el rebaño. Me levanto con la intención de conectar el ordenador y hablar de algo a alguien o combatir mi soledad insomne con algún “ciberalma” gemela al otro lado del muro que la tecnología ha levantado y que escalamos una vez sí y otras también para darnos a desconocer. Pero hoy no hay nadie en ningún sitio.
En cada poro de mi piel estallan las bombas informativas del telediario de la franja nocturna. Los fotogramas de la serie que he visto después pasean por mi memoria y las canciones que he disfrutado mientras le daba esquinazo a Morfeo, vuelven a sincronizarse conformando una banda sonora desolada. Últimamente creo que todo a mi alrededor se apaga, que la crisis mundial ha inoculado su veneno en mi cuerpo, que me está venciendo el temor a no ser nada de lo que un día me propuse ser.
Me he preparado un café y he sentado a Alonso junto a mí. He encendido la tele con el propósito de quedarme dormido junto al gato y frente a las noticias asesinas o las chicas ligeras de ropa que desfilan por mi pasarela catódica. Pero ni noticias asesinas, ni chicas reclamantes de mi excitación, ni teletiendas, ni anuncios con músicas pegadizas, ni series mil veces repetidas. No. En la pantalla se anunciaba en letras azules: “Anvil, el sueño de una banda de rock”. He pensado que qué bien, que no me iría nada mal un documental para señalarle el camino a mi cansancio irreverente.
Pero mis ojos se han abierto como platos, mi alma se ha contraído un poco más, si cabe, con esa historia. Una crónica de superación, de perseverancia, de buscar y hacer; de buscar hacer lo que uno realmente quiere en la vida. De no dar el brazo a torcer ni la partida por perdida. La historia, que es real como la que estoy escribiendo, nos presenta a un grupo de rock canadiense que por los caprichos de un destino cabrón acaba no haciendo nada. No triunfan, no venden discos, no hacen giras multitudinarias, no encuentran discográfica, no se escuchan en el hilo musical de los supermercados mientras hacen la compra a duras penas con lo que se sacan trabajando de repartidores, unos, de profesores, otros, de nada, los demás. Pero no ceden. No venden sus sueños, no queman sus naves. Viven recordando la gira que les hizo famosos en Japón durante unos meses. Recuerdan que entonces los germánicos Scorpions empezaron su cuenta atrás hacia la gloria, y el roquero Bon Jovi se hizo infinito en el escenario y saltó hacia el número uno en las listas de venta de discos. Todos ganaron cantando, tocando y musicalizando sus historias. Todos sembraron y recogieron. Todos, excepto ellos: los Anvil, cuya música quedó en barbecho durante décadas. Nadie se explica qué pasó, en qué momento desparecieron del radar del éxito efímero, ni cuándo la ventura decidió soltarles la mano y ponerles la zancadilla.
Han sido casi dos horas de cine. De cine emotivo, sensitivo. De cine, en todos los sentidos.
He vuelto a emocionarme cuando preparaba un café y evocaba la epopeya musical que acababa de ver, esa hazaña del quiero sobre el puedo.
Con la taza en la mano he ido hasta el ordenador. Necesitaba una historia. Porque cuando llevo días sin escribir, el cuerpo me pide letras, la sangre se me transforma en tinta y mi cabeza gira en torno a lo que deseo contar. Es entonces cuando en los semáforos en rojo se me aparecen los recuerdos que piden ser plasmados en este lienzo fluctuante. Y es al compaginar la conducción con la audición de mis músicas, cuando tengo la certeza de que los pájaros que me anidan pueden alzar el vuelo.
Así que me he sentado delante del portátil sin saber qué capítulo iba a continuar. Y no fluía nada. Y el folio catódico, cuadriforme y apantallado seguía virgen.
He acabado releyendo un correo-e de una amiga que se está construyendo una casa, pero no una casa cualquiera, no; la casa de sus sueños. Está cimentando su futuro ladrillo a ladrillo. Simultanea el trabajo en una clínica con la colocación de piedra sobre piedra. Se ha dado cuenta de que las piedras, una vez dejas de tropezar con ellas, son útiles si quieres sacarle partido a tus deseos. Y una casa, embajada para tus ilusiones, puede ser el mejor de los futuros presentes.
He buceado por mi biblioteca musical mientras buscaba información y contrastaba lo que había visto hacía poco rato en la tele con lo que me ofrecía la red. Y todo concordaba. Los Anvil no sólo existieron sino que existen. Que actualmente son más el resultado de la exhibición de ese documental en las salas de todo el mundo que la concesión a sus deseos formulados cada vez que soplaban las velas de un pastel de aniversario. El cine, al parecer, les ha dado una segunda oportunidad.
He acabado poniendo a buen recaudo toda la información obtenida por si un día decido escribir sobre ellos. He abierto una página erótica y otra, y otra. Y tras erotizar mis horas nocturnas y vestirme de caricias, he preparado otro café, sintiendo que más cansado no puedo estar. Que las noticias funestas del último telediario, que la carga emocional de los viejos roqueros que nunca mueren, que rendirme sin lograr derramar una sola letra ante la invitación de un folio, que asomarme, taza en mano, a mi madrugada y masturbarla porque lo de contar ovejas no funciona, provocará que duerma con un angelito con sexo, o harto de él.
Las seis y media de la mañana.
Me siento en el sofá desde el que contemplo las vías del tren. Un convoy cargado de mercancías se acerca a la estación de Girona. Otro, cargado de cuerpos adormecidos, silentes, nace de ella. Se dirige a la ciudad Condal con los primeros pasajeros; estudiantes universitarios, hombres de negocios, y desempleados que se echan a la calle buscando dejar de estarlo.
El cielo preña de una claridad incendiaria el horizonte y el amanecer motea las fachadas.
Desde mi rincón escucho la señal horaria de las siete. La vida contemplativa engulle mis horas y el insomnio se la tiene jurada a mi reloj biológico. Algo así debe ser.
Vuelvo a la tele apurando los últimos sorbos y prometiéndome que intentaré descansar en breve. En el avance informativo hablan de los presidentes europeos que se reúnen en París. Que los últimos bastiones gadafistas están al caer, que lo que ayer era bueno para algunos hoy es malo para todos, que el pan sube, que el hambre se dispara, que la suerte de la vida está echada, que el destino está escrito con faltas de ortografía, que el futuro se frota las manos cuando ve lo que se le viene encima…
Casi las ocho de la mañana cuando desconecto todo. Nada he escrito hoy. Deposito la taza en el fregadero, dilucido si fregarla, pero acabo respondiendo al refrán “si lo puedes hacer mañana, para qué ocuparte hoy”. Acaricio mi gato que ronronea mi tacto, atranco puertas y ventanas para barrer el paso a un sol voraz.
Me tumbo sobre la cama con el sabor del café en el cielo de mi boca, con el olor a sexo autónomo en mi diestra, con la canción “metal on metal” sonando en mi interior y, tras cambiar ovejas por ladrillos, empiezo a contarlos y apilarlos, a ver si así ayudo a construir esa casa allende los sueños.
Y amanece, que no es poco, justo cuando mis ojos se cierran y resucitan este texto.
Tunoeresinteresanteparami