martes, 22 de octubre de 2013

Queridisimos politicos


Ya hemos tenido el placer de leer y compartir en La sabiduría de Sancho II a Maite García Romero. Su afilada y atinada pluma no deja indiferente a quienes la leemos y seguimos. Necesitamos voces que pongan voz a nuestras propias palabras y sensaciones, sobre todo en los tiempos que malvivimos en este país.
Gracias Maite.

Vivimos en un mundo enfermo cuya sintomatología de contradicción e hipocresía indica el detrimento moral y ético al que se está llegando. Las pérdidas que está causando esta crisis han sido motivadas por el dinero y el capital, pero en mayor medida por la falta de ética y la desvergüenza de quienes han tenido la mayor responsabilidad en este desastre. Vemos cómo se disparan las desigualdades, la pobreza, todas las cargas del desastre económico que vive este país recaen exclusivamente sobre  la ciudadanía, en especial las clases más desfavorecidas, las cuales están siendo sometidas a una presión muchas veces insoportable. Vemos como el Gobierno del PP castiga sin misericordia a los pensionistas, único apoyo de muchas personas sin trabajo y sin subsidio; a los enfermos, a los emigrantes, a quienes tienen dependientes a su cuidado; vemos cómo castiga las rentas más bajas, a los más indefensos y desfavorecidos, a los más necesitados de protección. Pero ojo, también vemos cómo aprueban una Ley de amnistía fiscal para grandes defraudadores y cómo a los clubes de fútbol se les permite dejar de pagar a Hacienda y la Seguridad Social durante años. Y el colmo de los colmos es que ahora vemos también cómo se persigue y multa a los jubilados retornados de la emigración, para que cumplan con Hacienda.
     Extraigo algunas de las afirmaciones que el presidente Rajoy largó durante la entrevista que mantuvo el pasado lunes día 14 de octubre con el diario austriaco Kurier:   "No sólo condeno la corrupción, sino que también la combato con un plan nacional para fortalecer la Democracia". "Soy consciente de que exigimos sacrificios a los ciudadanos, pero somos cuidadosos de repartir las cargas de forma justa". “El déficit se ha reducido claramente. Se pudo recapitalizar a los bancos arruinados. Las medidas radicales han valido la pena”.
     ¿Creen de verdad los políticos que los ciudadanos somos tan ingenuos? Cada vez que nuestros políticos sueltan una de sus eminentes proclamas, tengo la impresión de que se están dirigiendo a niños de guardería o a tontos de remate. Léase este ejemplo: "Este Gobierno tiene una extraordinaria sensibilidad con la gente, me consta y sé que es el único desvelo que tiene. Hay gente que pierde mucho tiempo hablando y mientras el Gobierno está trabajando", Alfonso Alonso, Portavoz del PP en el Congreso. (elmundo.es)  
     El pasado 19 de septiembre el BOE publicaba una resolución del Ministerio de Sanidad en la que se establece el copago farmacéutico para los pacientes no hospitalizados a partir del 1 de octubre como reforma “necesaria” para la recuperación económica cuando en realidad no es otra cosa que un atentado a los derechos humanos. Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España: “Estamos hablando de violaciones de derechos humanos, no de recortes”. Si no era suficiente lo que hemos tenido que tragar, ahora viene la ministra Ana Mato con este nuevo plan de tortura: los pacientes no ingresados en hospitales deberán pagar un 10 %  (con un máximo de 4,20 euros por envase) por los medicamentos dispensados en las farmacias hospitalarias para tratar enfermedades graves o crónicas como el cáncer, la leucemia o la hepatitis crónica. ¿No resulta paradójica esta medida anticristiana en un partido que se declara abiertamente católico? Eso sí, la ministra  puntualiza: "Aunque un medicamento cueste 3.000 o 30.000 euros o 35 o 43.000 que es lo que cuestan los medicamentos a los que nos estamos refiriendo, ningún paciente –precisó– va a pagar más de 4 euros” (gracias, ministra, es usted muy generosa). Y con esa demagogia tan típica de los políticos que consiste en justificar sus fracasos de tal modo que parezcan incluso triunfos, nuestra cuca ministra replica resueltamente que todas las medidas adoptadas en la reforma sanitaria han tenido un efecto positivo, así como las medidas adoptadas en materia de farmacia con la que se ha logrado en un año más de 2.000 millones de euros (es curioso, cuando el ciudadano mata al toro el político se lleva el rabo y las orejas). Y estas medidas –añadió- se han tenido que  poner en marcha para paliar la deuda de 16.000 millones que los socialistas "dejaron como herencia".
     Sra. Mato, a ver si logro entenderla, ¿está queriendo decir que los sectores más vulnerables de la sociedad son los responsables de la deuda que dejaron los socialistas? Es lo que parece, pues son estas personas quienes en realidad están pagando el pato con esas bárbaras medidas aplicadas desde el pasado año. [Los recortes inhumanos de CospedalY ahí no queda la cosa, no. Es que ahora, pasado un año, y visto el resultado tan positivo que, según usted, se ha obtenido en materia de farmacia, no ha dudado en echar mano también de los enfermos con severo estado de salud para obligarles al copago de farmacias hospitalarias y llenar más rápido las arcas. ¡Qué tremenda carencia de valores humanos!
     Respóndame, ministra, ¿alguna vez ha hecho el pequeño esfuerzo imaginativo de ponerse por un momento en la piel de todas esas familias de niños con cáncer? ¿Se ha planteado que este copago que usted ha puesto en marcha tan alegremente les supone 400 euros mensuales para poder afrontar la enfermedad? Esto ha desatado la indignación en la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, desde donde lamentan que la normativa publicada en el Boletín Oficial del Estado “perjudique a los niños y adolescentes enfermos de cáncer”, y piden a la Administración que “se tenga en cuenta la vulnerabilidad de este colectivo y se les considere exentos del copago sanitario”. Y recuerda que siete de cada diez familias sufre repercusiones en su vida laboral y que un 30% deja el trabajo para cuidar a su hijo. ¿No le parece una absoluta vergüenza pretender remontar la crisis económica a costa de asfixiar y desangrar a los sectores más indefensos de éste país? Qué fácil es pedir que nos ajustemos el cinturón cuando vosotros respiráis a gusto porque lo lleváis desajustado. Qué fácil es aplicar medidas de recortes cuando vosotros lo más que os recortáis es el cabello o la barba. ¿Recuerdan las promesas de recortes en gastos superfluos que prometió la vicepresidenta del Gobierno Sáez de Santamaría como son los recortes en coches oficiales de hasta un 53 %? Pasado un tiempo vemos que la realidad ha sido bien distinta. Los Presupuestos Generales, presentados hace unos días, demuestra que la partida llamada “parque móvil del Estado” no sólo no descendía el presupuesto para coches oficiales sino que aumentaba de los 41,37 millones de euros en 2013 a los 42 millones previstos para el próximo año. ¿No es un insulto y un total menosprecio hacia los sectores más frágiles de la sociedad este despilfarro de coches oficiales, asesores, dietas, comidas, y tantas y tantas cosas absolutamente innecesarias? ¿No es una burla monumental que la única medida de recorte que se han aplicado los políticos sea la de eliminar la subvención a las bebidas alcohólicas de alta graduación que se incluía en los precios limitados de todos los menús y bebidas en la cafetería y restaurante del Congreso? Pero tranquilos, señores diputados, tranquilos que aún se mantiene la ayuda al vino y la cerveza.(elconfidencial.com)

     Señores del Gobierno, tan afanados estáis en la estrategia de la distracción, la mentira y el “tú más”, que no tenéis o no queréis tener oídos para escuchar el lamento de tantas personas que están sufriendo una pesadilla por culpa de vuestra pésima gestión. Esta crisis no es sólo económica, es principalmente moral: una crisis de honradez, de integridad, de generosidad, de justicia. Una ostensible falta de la más elemental consideración, que pisotea el mínimo de dignidad y respeto que merece cualquier persona.
     “La crisis se utiliza para reforzar el poder económico, pero también está sirviendo para levantar consciencias”, afirmó el obispo Pere Casaldáliga. Una gran verdad. A pesar de este ambiente de total desmotivación y desesperanza que respiramos, existe una ciudadanía combativa que está dando un ejemplo extraordinario de solidaridad con los más necesitados. Por ello mi reconocimiento y adhesión más sincera a todas y cada una de las personas que colaboran con Cáritas, Ángeles de la noche, Acción contra el hambre, bancos de alimentos, las Campañas Un kilo de Ayuda, Comedores sociales, “Entre todos” programa de solidaridad de TVE, etc. etc. Y por supuesto, a La plataforma de Afectados por la hipoteca PAH que tanto han conseguido y están consiguiendo.

                                                                    Maite García Romero

sábado, 28 de septiembre de 2013

El Papa que preocupa a la derecha católica

La sabiduría de Sancho II, tiene definida la intención de difundir, compartiendo, los artículos escritos por personas "de a pie" cuya temática sea de relevancia e interés a la comunidad en general. Pero nos parece importante introducir una pequeña variante en el día de hoy, dada la escasez de artículos sobre el nuevo pontífice de la iglesia católica, Francisco, y sin embargo abundantes titulares que está generando desde su elección. Nos ha parecido interesante el artículo que -si bien está escrito desde y para México- se puede extrapolar a nuestro país, constitucionalmente aconfesional aunque de facto siga predominando el voto y el sentir de la curia romana. No hay que desdeñar los pasos que se quieren dar en una institución que ciertamente ya interesa a menos personas en España, pero -desde luego- sigue condicionando la vida laica de millones de ellas.
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El papa Francisco preocupa a la derecha católica
Bernardo Barranco V.
D
esde que el Papa Francisco empezó a generar expresiones y declaraciones que anuncian cambios en la vida de la Iglesia, las corrientes conservadoras católicas han empezado a manifestar su inquietud. Después de sus mensajes en Brasil y la multientrevista en el avión de regreso a Roma, ahora el papa Francisco concede una extensa entrevista a la famosa revista jesuita Civiltà Cattolica fundada en 1850, en la que continúa con sorprendentes revelaciones y actitudes para los necesarios cambios que requiere la Iglesia católica.
Para empezar, Francisco se deslinda de los sectores conservadores, su desmarque es contundente: Jamás he sido de derechas, dijo. Sin duda, dicho deslinde ha incomodado a los sectores que predominan en la estructura no sólo de la curia romana, sino de muchos episcopados, incluyendo a la conservadora jerarquía mexicana. Después de su viaje a Brasil, diferentes medios ultraconservadores pedían moderar las lecturas de los discursos del sumo pontífice y evitar malinterpretarlos, como muchos periodistas tendenciosos, que, según portales derechosos como Aciprensa, pretenden construir agendas que no son las de la Iglesia. Los sectores recalcitrantes se empiezan a sentir desconsolados por las posiciones polémicas del Papa que, sin llegar a ser revolucionarias, tiene otro tono y nuevas tesituras. Me refiero concretamente a las nuevas actitudes que proclama Francisco en torno a las mujeres, los divorciados vueltos a casar y los homosexuales.
Sobre el tema, el papa Francisco va más lejos y cuestiona como obsesión la insistencia casi enfermiza que la Iglesia había tenido en torno a cuestiones de controversia moral. En dicha disputa, los valores católicos se han politizado en el espacio público, la Iglesia entonces ha enfrentado a las culturas seculares imperantes en la mayoría de los países bajo la era de la globalización. De manera clara dice: No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar. Francisco sugiere un giro en los siguientes términos: Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda e irradiante. Sólo de esta propuesta surgen luego las consecuencias morales.
Francisco plantea con otras palabras lo que aquí hemos externado, modera sin cambios doctrinales la agenda moral de la Iglesia. No se trata de cambiarla o repensar sus fundamentos, pero invita a no absolutizarla. En cambio, como señaló en Brasil, posiciona su evangelio social basado en la solidaridad con los pobres, los derechos humanos y la justicia social. Pero requiere que los episcopados, los obispos y los fieles entren en nuevas lógicas.
Por ejemplo, resulta patente que el Papa argentino fue mucho más sensible que los propios obispos mexicanos al solidarizarse de inmediato con las víctimas y penurias extremas de los damnificados, adelantándose a los prelados locales. Y teniendo la Iglesia mexicana la vasta red social, de recursos y de infraestructura, se antoja que ha hecho muy poco o casi nada por las desgracias que decenas de miles de víctimas que huracanes e inundaciones han provocado.
La derecha católica puede padecer histeria y hasta depresión al imaginar la posibilidad de una apertura de la Iglesia en términos de moral sexual. Dudamos de una pronta revolución doctrinal; en cambio Francisco va insistir en una revolución de la pastoralidad de la Iglesia. Este es uno de los grandes déficits poco reconocidos o afrontados con honestidad; los números son fríos, porcentualmente la Iglesia va en caída y precipitada decadencia. Si a esta cascada de novedades del Papa sumamos las fuertes apreciaciones del futuro secretario de Estado, Pietro Parolin, sobre el celibato, los tiempos de la Iglesia están, al parecer, más abiertos para colocar estos dilemas que vienen desde el concilio, pero que fueron acallados y archivados por una curia conservadora que ha precipitado la actual crisis de la Iglesia.
A diferencia de Benedicto XVI, aquí hay una clara ruptura, Bergoglio no quiere convertir a la Iglesia en una secta iluminada por una casta sagrada de laicos muy formados y disciplinados a la jerarquía. Rechaza la idea de una Iglesia capilla por una Iglesia pueblo, siguiendo al Concilio Vaticano II. Francisco no ha dejado de exhortar a los obispos a que cambien sus posturas, muchas veces de burócratas o pastores de mostrador, para que tengan una mayor proximidad con la feligresía.
Así lo plantea el Papa, en la entrevista referida: Yo sueño con una Iglesia madre y pastora. Los ministros de la Iglesia tienen que ser misericordiosos, hacerse cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que lava, limpia y consuela a su prójimo. Esto es Evangelio puro. Dios es más grande que el pecado. Las reformas organiza-tivas y estructurales son secundarias, es decir, vienen después. La primera reforma debe ser la de las actitudes.
Todo parece indicar que hay tiempos de cambios en la Iglesia y que se matizará la pretensión conservadora de invertir la ecuación, al insistir en cambiar el tiempo. Un huracán categoría 4 está agitando las aguas tranquilas de una catolicidad anquilosada en la tradición, en la nostalgia. Y en el confort.

sábado, 16 de marzo de 2013

La ineptitud de la mujer para hacer política

 Nuevamente, desde "Ensenada de Riazor" hemos seleccionado una entrada.
En el post anterior hablábamos de la fuerza de  las mujeres para cambiar el mundo; desde el poder (en este caso el poder eclesiástico) aún hay algún cliché que romper.
Quizá su llegada al papado le haga cambiar de idea en un par de cosas que hoy cierran su mente.
Vamos a darle un voto de confianza con base a sus viajes en autobús y la expulsión del vaticano de un "encubridor" de pedófilos.
Pero yo empezaré a creer en él el día que sea capaz de sentarse con Teresa Forcades y discutir publicamente sobre lo que ambos opinan de muchas cosas que nos preocupan.
Gracias, Mariluz por tu trabajo.

La ineptitud de la mujer para hacer política

Alejandra Teijido* 

Hablar de la competencia o la incompetencia de una persona en cuanto a lo que hace, a su trabajo o a su manera de pensar, haciendo referencia a su género, resulta, a mi parecer, una falacia, un cliché y un sexismo popular. Comienzo directamente con esto porque hoy me topé con un comentario hecho por un señor, recientemente proclamado papa (1), sobre la posición de la mujer en la política. Decía: 

Las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos. (…) El orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso.(2) 
Me indignó, obviamente. Sin embargo, me pareció previsible viniendo del personaje. No me sorprenden esta clase de “reflexiones” cuando provienen de personas que se encargan de liderar la mayor empresa inventada y negociada por el hombre: la iglesia católica. Me parece que esta empresa, junto a sus integrantes y clientes regulares, vive (o pretende vivir) según la mentalidad de tiempos medievales, más conservadores y más déspotas, no por una creencia fiel o verdadera, sino por interés de poderío económico y político. Jugar con la fe y la ingenuidad de sus fieles, por medio de mentiras, chantajes y engaños (para más información, consultar la biblia), supone un retraso de todo tipo y una intención malvada e interesada. Por lo tanto, no es sorpresa encontrarse con que el representante de esta empresa transnacional piense a la mujer únicamente como órgano vital del hogar y sostén del hombre. 

Mi mayor indignación surgió cuando uno de mis amigos —no tan cercano afectivamente, pero sí cercano en cuanto a edad y contexto— comentó, como respuesta a esta supuesta reflexión, que sí, que en efecto la historia ha demostrado que la mujer no es apta para hacer política, debido a su carácter emocional; y que, por el contrario, un político debe ser (y cito textualmente) un hijo de puta, y para ello, son mejores los hombres. Creo que este compañero tiene, ante todo, una terrible idea de cómo debe ser un político (3). (Es triste ver cuántas naciones comparten esta opinión y han tomado el perfil de hijo de puta para elegir a sus gobernantes). 

Para “argumentar” (nótese las comillas) su premisa, este amigo afirmó que las mujeres actuamos emocionalmente en la toma de decisiones, y que esto supone un impedimento a la hora de pensar y actuar objetivamente. Por lo visto, este amigo hizo referencia al “carácter emocional” de la mujer como una desventaja. Sobre todo esto tengo varias cosas que decir. Primero, quizás es hora de que los políticos (hombres, según el amigo) dejen de ser hijos de puta y comiencen a crear una relación humana con su pueblo. Al mismo tiempo surge la interrogante, ¿qué garantiza que una mujer no sea una hija de puta (4)? Por otro lado, me parece ridículo y trillado decir que la emocionalidad define únicamente, o en mayor medida, a la mujer, como si los hombres no compartiesen también el sentimiento, más allá del pensamiento racional, o como si las mujeres careciéramos de este último. ¿Dónde colocaríamos a Chávez, entonces, a Evo o a Fidel? ¿Los calificaríamos como mujeres sólo por no ser unos hijos de puta? (Lamento reiterar tantas veces el término; sólo repito lo que dijo el amigo). 

En este sentido, decir que el rasgo principal de la mujer es su carácter emocional —lo que, según el papa, debería excluirla de la política—, es decir también de una forma indirecta, que la racionalidad y el pensamiento en lo femenino es mínimo, por no decir inexistente. Lo que resulta triste y cruelmente gracioso, es que el amigo cerró su comentario diciendo que ése no era un mensaje machista, sino todo lo contrario. Supongo yo que para él decir que la mujer es blanda, tierna y bonita, y pensar en ella como un delicado muñeco de porcelana que debe quedarse en casa, es concederle a la mujer todos los atributos que necesita para ser, a fin de cuentas, no más que lo que necesite el hombre (en esto se resume el “tráeme el café”, “hazme el almuerzo”, “ponte bonita”). Todo esto me hace pensar nuevamente en el retraso mental de esta empresa religiosa y en su empeño en excluir todo aquello que no sea eminentemente racional(5) (en el sentido más conservador, purista y retrógrado de la palabra). 

Pensar en el hombre y en la mujer como dos entidades o polos contrarios, es tan absurdo como pensar en la razón y en el sentimiento como dos palabras antónimas que no se complementan ni interactúan entre sí. Más absurdo aún, es calificar la razón como carácter de lo masculino, y al sentimiento como carácter de lo femenino. Según esa premisa, no habría matices, no habría juegos o interacciones, seríamos todos contrarios, oponentes, incluso. Si viviésemos según esa premisa (y, tristemente, a veces creo que lo hacemos), el hombre y la mujer dependiesen del otro únicamente para la reproducción, ya que al ser tan contrarios no tendríamos la necesidad de convivencia. 

Debemos, antes que nada, despojarnos de esa presunción que hemos construido sobre qué es válido para una mujer y qué es válido para un hombre, procurando, en cambio, la inclusión. Con esto no pretendo dar un discurso feminista; el querer hacer clara la posición de la figura de la mujer, no sólo en la política, sino en cualquier trabajo, en la casa, en la calle, en la escuela, no es pretender colocar un género sobre el otro; es, por el contrario, buscar un equilibrio, una igualdad, una validación comprometida e indiferenciada entre ambos géneros. Por eso, señor papa, si bien me sentí indignada por sus palabras, no me encuentro molesta con usted. En todo caso, me siento afortunada de tener esta claridad y esta perspectiva de las cosas, mientras que siento lástima de ver que usted no ha salido de esa cajita de oro y de sangre que es su empresa, al darme cuenta de que, en realidad, no ha visto lo que ocurre en el mundo, no ha visto a una mujer con la batuta en la mano: ha querido hacerse el ciego. 

*Alejandra Teijido, es estudiante de Cine, tiene 21 años y vive en Caracas.

1  Este título nobiliario no merece mayúsculas.
2  Jorge Mario Bergoglio, alias “Francisco I”.
3  Debo aclarar que preferí no contestarle porque no me gustan las discusiones públicas en las redes sociales. Sin embargo, me quedé pensando, no sólo en lo que dijo, sino en las aproximaciones que, tanto él como el papa, consideraron pertinentes para tocar el tema político. ¿Es relevante la definición del género para trabajar en política o para ser un profesional? Quiero decir, para mostrar la competencia, la habilidad o el talento de un ser humano, ¿es necesario primero definirlo como hombre o como mujer? ¿No es suficiente ser una persona? Y me pregunto nuevamente, ¿esta diferenciación en verdad viene al caso?
4  Aquí, en este punto, Condoleezza Rice sería el perfecto ejemplo para demostrar que tanto hombres como mujeres podemos ser unos hijos de la grandísima puta.
5  Según esta empresa, creer en Dios también resulta inherente a la razón.

jueves, 7 de febrero de 2013

Ada Colau

Yo estoy contenta. Creo que Mariluz, también.
Porque, ultimamente, se están viendo mujeres en la lucha: no en la lucha por el poder, sino en la lucha por cambiar radicalmente la sociedad en la que vivimos.
Oltra y Teresa Forcades son dos ejemplos. El último es Ada Colau. Es un vídeo largo, pero merece la pena oírla decir lo que muchos pensamos.